Julio en el Hospital
Como te conté casi todo Julio nos la pasamos en el Hospital, saliendo de la chamba me iba al Rebagliati, llegaba a eso de las 6 pm y me quedaba el mayor tiempo posible. Los primeros días no llevamos televisor, por que pensamos que solo se quedaría 1 semanita, pero cuando el doc le dijo que al menos estaría 2 semanas tuvimos conseguirnos el permiso y el tv, uno chiquito no mas, para no cargar con tremenda cosota, total, eran 2 semanitas, finalmente fueron 3 y el tv quedó chico, y misio, blanco y negro.
Respecto a la comida teníamos un problemita, mi mamá (la reina) tiene buen diente, pero no come, repito NO COME comida del hospital, y no solo no la come, sino que hace que su visita o nosotros nos la comamos, y no para hasta que alguien se la coma, por que no le gusta que se desperdicie… que conchán, no? bueno, entonces se preguntarán ¿Qué comía la reina? Pues que mas va a ser… anticuchos (la reina es adicta a los anticuchos), arroz con mariscos, ceviche, causa de langostinos, hamburguesas, chicharrón, comida que le llevaba mi mamaíta (mi abuelita), es mas, recuerdo un domingo que a la hora de almuerzo se le antojó comida de “Wong”, asi que mi papá y yo nos fuimos y trajimos un buffet de chifa, lasagna, arroz con mariscos, y otras exquisiteces, jaja! Buenazo! Que si la reina podía comer todo eso a menos de una semana de la operación??? Pues claro, no le habían hecho nada en el estómago, así que normal, solo tuvo dieta blanda 2 días y el resto fue dieta dura y bien dura.
Para los que no conocen el Rebagliati, gran hospital de ESSALUD, tiene un horario de visita restringido (lunes a domingo de 5 a 7 pm), gracias a la “vara” conseguimos pases permanentes, asi que no había problema en llegar a cualquier hora el sábado o domingo o quedarnos hasta tarde, la cuestión era meter toda la comida que metimos hasta el 7mo piso (pequeño detalle, está prohibido meter comida al hospital), pues nos las ingeniábamos de diferentes formas, en la puerta rogábamos que los vigilantes no notaran la comida, por que la podían decomisar, y en el ascensor rogábamos por que no salga ese delicioso olorcito de anticuchos recién preparaditos que, obviamente se sentía, pero nunca nos dijeron nada, gracias a Dios, por que me hubiera roto el corazón dejar a la reina con las ganas.
Todos los días, cuando llegaba del trabajo a eso de las 6 pm le timbraba a mi mamá para que me hiciera “hola” desde su cuarto, y yo saludaba como loca desde abajo hasta que ella y mi mamaíta me vieran, esa era la rutina, igual hacia mi papá.
Cuando nos íbamos en la noche, después de la hora de visita, los ascensores no tenían mucha gente, por no decir nada de gente, mas que nosotros y como son 3 ascensores cada uno se ponía en la puerta de un ascensor y ganaba el que abriera primero, (mi papá, la china y yo), claro que el ascensor del medio jamás iba a ganar por que solo va a pisos pares, pero la china era fiel a ese ascensor.
La reina y yo escogimos un residente para la china, yo le decía: “China, te tienes que inmolar, necesitamos un oncólogo en la familia” jaja! Pero resultó que todos los residentes estaban casados, bu! Será en otro hospital, china… sorry!
Los viernes me quedé a dormir con mi mamá, gracias a Dios no trabajo los sábados, asi que tranquilasa no mas organizábamos nuestra pijamada, pero no durábamos nada y nos quedábamos jato al toque, yo tiraba las colchonetas del asiento al piso, la frazada y estaba lista para acampar mirando Lima y el cielo y “cuidando” a mi mamá, aunque francamente, ella me cuidaba mas a mi.
Ah! Casi me olvido de contarte, en todos los pisos había 3 máquinas, una de dulces, una de café y una de gaseosas, en todos los 13 pisos del hospital, menos en el 7mo A… entonces, cada vez que queríamos algo teníamos que bajar o subir un piso. La primera noche después de la operación, cuando mi papá se iba a quedar a dormir con mi mamá, le ofrecí bajar a comprarle unas chocotravesuras con los últimos s/.1.20 que me quedaban; mientras colocaba la moneda y apretaba los botones, se me cruzaban las ideas que siempre se me cruzan “si no entra la moneda?”, “si me equivoco de número o letra?” , “si el resorte da vuelta, pero no caen las galletas?”… dicho y hecho, el resorte dio vuelta y la galleta se quedó colgada de una ranura… y ahora!!! Le había ofrecido a mi papá, que se quedaría toda la noche sin siquiera una galleta!!! Decidí llamar al número que indicaba para reclamos, tratando de hacerle entender que me quedaría toda la noche y que no tenía mas monedas, me dieron “permiso” para golpear la máquina, pero no sirvió de nada! Me dijeron que al día siguiente vendría alguien a devolverme el dinero… cosa que no creí, por que seguro alguien sacaba una chocotravesura después y le salían 2 y la máquina quedaría cuadrada, pero al día siguiente me llamaron, justo había pedido permiso en el trabajo para estar con mi mamá todo el dia, y… tan tan, me devolvieron mi s/. 1.20, bueno, me dieron mis “chocotravesuras”.
Respecto a la comida teníamos un problemita, mi mamá (la reina) tiene buen diente, pero no come, repito NO COME comida del hospital, y no solo no la come, sino que hace que su visita o nosotros nos la comamos, y no para hasta que alguien se la coma, por que no le gusta que se desperdicie… que conchán, no? bueno, entonces se preguntarán ¿Qué comía la reina? Pues que mas va a ser… anticuchos (la reina es adicta a los anticuchos), arroz con mariscos, ceviche, causa de langostinos, hamburguesas, chicharrón, comida que le llevaba mi mamaíta (mi abuelita), es mas, recuerdo un domingo que a la hora de almuerzo se le antojó comida de “Wong”, asi que mi papá y yo nos fuimos y trajimos un buffet de chifa, lasagna, arroz con mariscos, y otras exquisiteces, jaja! Buenazo! Que si la reina podía comer todo eso a menos de una semana de la operación??? Pues claro, no le habían hecho nada en el estómago, así que normal, solo tuvo dieta blanda 2 días y el resto fue dieta dura y bien dura.
Para los que no conocen el Rebagliati, gran hospital de ESSALUD, tiene un horario de visita restringido (lunes a domingo de 5 a 7 pm), gracias a la “vara” conseguimos pases permanentes, asi que no había problema en llegar a cualquier hora el sábado o domingo o quedarnos hasta tarde, la cuestión era meter toda la comida que metimos hasta el 7mo piso (pequeño detalle, está prohibido meter comida al hospital), pues nos las ingeniábamos de diferentes formas, en la puerta rogábamos que los vigilantes no notaran la comida, por que la podían decomisar, y en el ascensor rogábamos por que no salga ese delicioso olorcito de anticuchos recién preparaditos que, obviamente se sentía, pero nunca nos dijeron nada, gracias a Dios, por que me hubiera roto el corazón dejar a la reina con las ganas.
Todos los días, cuando llegaba del trabajo a eso de las 6 pm le timbraba a mi mamá para que me hiciera “hola” desde su cuarto, y yo saludaba como loca desde abajo hasta que ella y mi mamaíta me vieran, esa era la rutina, igual hacia mi papá.
Cuando nos íbamos en la noche, después de la hora de visita, los ascensores no tenían mucha gente, por no decir nada de gente, mas que nosotros y como son 3 ascensores cada uno se ponía en la puerta de un ascensor y ganaba el que abriera primero, (mi papá, la china y yo), claro que el ascensor del medio jamás iba a ganar por que solo va a pisos pares, pero la china era fiel a ese ascensor.
La reina y yo escogimos un residente para la china, yo le decía: “China, te tienes que inmolar, necesitamos un oncólogo en la familia” jaja! Pero resultó que todos los residentes estaban casados, bu! Será en otro hospital, china… sorry!
Los viernes me quedé a dormir con mi mamá, gracias a Dios no trabajo los sábados, asi que tranquilasa no mas organizábamos nuestra pijamada, pero no durábamos nada y nos quedábamos jato al toque, yo tiraba las colchonetas del asiento al piso, la frazada y estaba lista para acampar mirando Lima y el cielo y “cuidando” a mi mamá, aunque francamente, ella me cuidaba mas a mi.
Ah! Casi me olvido de contarte, en todos los pisos había 3 máquinas, una de dulces, una de café y una de gaseosas, en todos los 13 pisos del hospital, menos en el 7mo A… entonces, cada vez que queríamos algo teníamos que bajar o subir un piso. La primera noche después de la operación, cuando mi papá se iba a quedar a dormir con mi mamá, le ofrecí bajar a comprarle unas chocotravesuras con los últimos s/.1.20 que me quedaban; mientras colocaba la moneda y apretaba los botones, se me cruzaban las ideas que siempre se me cruzan “si no entra la moneda?”, “si me equivoco de número o letra?” , “si el resorte da vuelta, pero no caen las galletas?”… dicho y hecho, el resorte dio vuelta y la galleta se quedó colgada de una ranura… y ahora!!! Le había ofrecido a mi papá, que se quedaría toda la noche sin siquiera una galleta!!! Decidí llamar al número que indicaba para reclamos, tratando de hacerle entender que me quedaría toda la noche y que no tenía mas monedas, me dieron “permiso” para golpear la máquina, pero no sirvió de nada! Me dijeron que al día siguiente vendría alguien a devolverme el dinero… cosa que no creí, por que seguro alguien sacaba una chocotravesura después y le salían 2 y la máquina quedaría cuadrada, pero al día siguiente me llamaron, justo había pedido permiso en el trabajo para estar con mi mamá todo el dia, y… tan tan, me devolvieron mi s/. 1.20, bueno, me dieron mis “chocotravesuras”.