domingo, noviembre 12, 2006

La Mamaíta

Hoy pasaron café en la oficina, y ese olorcito me hizo recordar a alguien, ¿a quien me recuerda? Mmm, ¡ya se! Me recuerda a la matriarca de mi familia materna: la mamaíta. Me recuerda mi infancia y las visitas sabatinas a su casa durante las tardes, en las que todos sus hijos y nietos llegabamos, los mayores conversaban en el comedor y los niños (mayoría niñas) jugábamos, veíamos televisión y conversábamos hasta la hora del lonche.
Las primas nos dividíamos en 2 grupos: las mayores (solo 2) y las menores (solo 3) y los hombres que eran 2 y luego fueron 3 y luego 4… pero eran menores que nosotras.
Las primas hacíamos de todo, por temporadas, tuvimos la época de los papeles de carta, de los stickers, de las carreras de caracoles (cuando habían caracoles), de los chanchitos de tierra y quien atrapaba mas, la época en la que nos dio por cantar como Gloria Trevi, Pandora, Flans, las Primas y por supuesto, cuando se venía el cumpleaños de la mamaíta había que hacer un show que se venía preparando con semanas de anticipación, el show tenía presentador, números musicales, parodias, etc. En Febrero eran infaltables los carnavales y la fiesta de disfraces para niños en la tarde y para los adultos en la noche. Fuimos creciendo y en la pre-adolescencia se nos dio por gilear con los chibolos que vivían por ahí (que eran varios) era el típico “a fulanita le gusta menganito” uuuUUUUuuu “a menganito le gusta sultanita” uuuUUUUuuu, y nuestras escapadas a confesarnos a la parroquia (si nos confesábamos) pero íbamos sobretodo para ver a los chicos, ¡si! éramos unas chibolas coquetas. Durante todos esos años, en los que sábado a sábado nos reuníamos todos en torno a la mamaíta, haciendo cada quien lo suyo, siempre había ese olorcito a café pasado en el ambiente, y estemos haciendo lo que estemos haciendo, cuando escuchábamos de mi mamaíta el gritito “bajen a tomar el lonche!!!” lo dejábamos todo y bajábamos, los niños a la cocina en nuestras tazas de plástico, nuestra leche con chocolate, pan y algún dulce, cuado terminábamos la leche mi mamaíta nos premiaba con algo que no recuerdo como le decíamos, pero recuerdo que nos tirabamos hacia atrás del banquito y nos hacía cosquillas en la panza… nos encantaba. Los adultos tomaban café en el comedor, no puedo decir de que hablaban por que casi nunca les presté atención pero se que la pasaban bien.
Fuimos creciendo y las tazas de plástico cambiaron por tazas de cerámica (se podían romper, pero ya estábamos mas grandes) hasta que poco a poco fueron pasando las mayores al comedor y luego cada vez íbamos menos, cuando crecimos, y los sábados empezaron a ocuparse con otras actividades.
Ahora hay una nueva generación, los bisnietos de la mamaíta, que ya son 3, ahora cuando veo la mesita de la cocina me parece increíble que entráramos 4 o 5 niños en ella, ahora cuando vamos todos tomamos lonche en el comedor, aunque ya no pasa café, por que ya no va tanta gente como antaño, y algunos preferimos tomar gaseosa y conversamos todos alrededor de la matriarca, que sigue regia, linda y fuerte, pero cansadita con todos los años que tiene encima y loca por que sus nietos se casen y pueda conocer a mas bisnietos, si Diosito se lo permite
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sábado, noviembre 04, 2006

Señales de amor

Hay una película con ese nombre, en realidad no voy a hablar de la peli, solo que el título me sonó apropiado.
Recuerdas que hace poco te conté de mi
tormenta 2006? Bueno olvidé contarte un detalle que ocurrió durante esas 3 semanas de depresión (si no te acuerdas, dale clic…), si te da flojera leer otro post para entender este te comento mas o menos lo que pasó: un lunes mi mamá fue internada en el hospital y mi enamorado se fue de viaje pidiéndome “tiempo”, y aunque estas situaciones son superables, sentí que mi mar, que aunque es salvaje suele ser estable dio un vuelco total.
Te cuento, por otro lado que tengo la suerte de que la oficina en la que trabajo queda relativamente cerca de mi casa, y que desde que entré a trabajar hasta el día que fue internada, mi mamá me llevaba todos los días al trabajo, excepto aquel lunes en el que tuve que ir en micro y caminar 2 cuadras hasta mi trabajo, el martes ocurrió igual, solo que en esas 2 cuadras caminado, totalmente triste por R*** y totalmente preocupada por mi mamá, sintiéndome ofuscada, irritada, pero sobretodo dolida, pensando en quien sabe que, me crucé con una Sra. que me dijo: “Dios te bendiga, Señorita”, pensé: “¿tan mal estoy? ¿se me notará tanto?, pero no le di mucha importancia, aunque se lo comenté a
blue en la ofis. Al día siguiente, otra vez me la crucé y nuevamente: “Dios la bendiga, señorita” Demoré en voltear y no la ví… pensé: “debe haber sido un angel… y ya desapareció” (si, creo que vi muchos capítulos de Tocado por un Angel), luego pensé: “tal vez es una fanática religiosa, y me va a matar por no haberle hecho caso… me va a disparar” (si, he visto todos los capítulos de CSI), pero no, nunca intentó matarme.
Los días siguientes seguí cruzándomela y seguí recibiendo su bendición, a cambio solo le daba una sonrisa (bueno, media sonrisa, por que estaba bien depre)… aunque ella no lo supo, fue mi ángel durante la tormenta, fue quien me recordó que a pesar de todo mi dolor Dios estaba ahí, conmigo; cuando llegó la calma, me di cuenta que la Sra. pertenecía a una Iglesia Cristiana que queda por mi oficina, y no me la he vuelto a cruzar, a pesar de que voy caminando por esas 2 cuadras algunas veces.
Por lo general una flor es suficiente señal de amor para mi, esos días (era invierno) necesitaba escucharlo…